Ilias El aabouri Labouri
VOLUNTARIO
- Plantea un dilema moral y los pasos que harías para resolverlo.
En la clase se ha roto el cristal de una
ventana, como consecuencia de la mala
conducta de un alumno. El profesor pregunta quién ha sido, diciendo que si el
culpable no aparece toda la clase tendrá que pagar su reparación, además de
sufrir otros castigos. Un grupo de alumnos sabe quién es el responsable, pero
deciden no decir nada, porque el alumno causante del problema es amigo de
ellos, y no quieren ser acusados de “chivatos” ni “traidores”. Además, quieren
evitarse los problemas y molestias que les causaría su confesión.
En consecuencia, toda la clase es castigada.
-
1. Enumerar opciones alternativas.
-
2. Argumentar en favor de cada
opción
-
3. Análisis del problema.
-
4. Solución.
Aquí te explico mejor los pasos :
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1. Enumerar opciones alternativas.
Todo dilema
moral obliga a elegir una opción de entre las dos que se abren. Pero a veces es
posible evitar el dilema buscando soluciones alternativas. Esta búsqueda de
alternativas favorece la capacidad de encontrar otras soluciones y evitar el
dilema.
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2. Argumentar en favor de cada opción.
Para tomar una
decisión tenemos que buscar los argumentos que están a favor de cada una de las
dos opciones que se nos presentan. No sirve cualquier argumento, sino sólo
aquellos que pueden justificar moralmente lo que hacemos. Si alguien nos
pregunta por qué hemos pegado a un compañero en clase, podemos responder que ha
sido porque le odiamos; es sin duda una explicación, pero es muy difícil que
alguien considere que nuestra acción está justificada con esa explicación. Explicar
por qué hacemos las cosas no es lo mismo que justificarlas.
En el caso del
dilema, el problema consiste en que hay argumentos a favor de cada una de las
opciones. Para poder tomar una decisión bien justificada es muy importante que
tengamos en cuenta los diversos argumentos, y no solo los que hay a favor de la
opción que, en principio, nos parece buena, sino también los que hay a favor de
la otra opción.
Los argumentos
que se suelen emplear en la argumentación moral son, en general, de dos tipos:
consecuencias y principios o valores.
Entendemos por
consecuencias los resultados que generan nuestras decisiones, ya sean estos
perniciosos o favorables. Actuamos para conseguir algo, y lo que obtenemos es
una consecuencia de nuestra acción. Además, al actuar incidimos en nosotros
mismos y en los que nos rodean, de tal modo que además de la consecuencia
directa e inmediata hay otras más indirectas, pero que también importan. Y, con
frecuencia, al mismo tiempo hay consecuencias positivas y negativas para uno
mismo y para los demás, por lo que pueden entrar en conflicto y por eso tenemos
un dilema.
Los principios
son los supuestos, creencias o normas fundamentales que guían nuestro
comportamiento. Por otra parte, los valores nos indican lo que apreciamos en esta
vida y consideramos fundamental para lograr una vida que merezca la pena.
En este
ejercicio te pedimos que enumeres el mayor número de argumentos posibles a
favor de cada una de las opciones.
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3. Análisis del problema.
Al actuar
tenemos en cuenta los valores morales, es decir, nos preocupa saber si lo que
hacemos está bien o está mal. Cuando hacemos lo que está bien nos sentimos
satisfechos; cuando hacemos lo que está mal nos sentimos culpables y
avergonzados. Considerados desde otro punto de vista, los valores morales nos
imponen una conducta a través de nuestra conciencia moral. Esta nos dice lo que
es bueno y debemos hacer, así como lo que es malo y no debemos hacer.
Además, cuando
actuamos, vamos buscando conseguir algo que consideramos bueno, que es
importante y valioso para nosotros y de lo cual depende nuestra felicidad.
Los dilemas
morales se caracterizan porque son situaciones en las que estamos obligados a
tomar una decisión, pero nos damos cuenta de que existen varios principios
morales en juego y también varios bienes o cosas valiosas y que no es posible
atenderlos todos. Si hacemos una cosa, actuamos de acuerdo con un valor moral y
conseguimos algo, pero al mismo tiempo incumplimos otro valor moral y perdemos
otra cosa. No hay forma de satisfacer los dos valores o principios en juego y
nos vemos obligados a elegir. El primer paso para hacer frente a un dilema
consiste, por tanto, en darse cuenta de los valores y principios morales que
están en conflicto. Para ello, debemos tener en cuenta, en primer lugar, lo que
nos dice nuestra propia conciencia. Además, debemos ser conscientes de los
valores que están vigentes en la sociedad en la que vivimos, valores que
algunas veces son muy explícitos y están bien definidos, como ocurre en códigos
morales del tipo de los Diez Mandamientos o de los Derechos Humanos. Es además,
importante, tener en cuenta la importancia que tienen para nosotros y el orden
jerárquico en el los situamos. También debemos saber la clase de persona que
queremos ser y la clase de mundo en la que queremos vivir
●
4. Solución.
Al final hay que explicar lo que uno mismo haría en el caso de
encontrarse en una situación semejante. Para ello hay que hacer una redacción
en la que dejemos claro qué es lo que pensamos que se debe hacer y cuáles son
las razones que justifican nuestra decisión. Es decir, se trata de exponer la
decisión que hemos tomado, basándonos en los argumentos expuestos en la
pregunta anterior, procurando además refutar los argumentos que están en contra
de lo que nosotros pensamos que es la conducta moralmente buena. Es muy
importante no tratar de resolver el dilema proponiendo una solución intermedia
con la que se intenten satisfacer los valores que están conflicto. En ese caso
estaríamos evitando el dilema y no dando nuestra solución. Por tanto, la
decisión que ofrezcamos en este apartado tiene que ser una de las dos que
plantea el dilema
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